Un hecho que raya la crueldad, fue denunciado este martes y tuvo como víctima a un abuelo de 80 años, quien debió permanecer durante varias horas sentado a la intemperie en plena calle, porque en la Clínica Ciudad de San Rafael, no tenían donde internarlo, según le dijeron.
La odisea del anciano, había comenzado luego de que internaran a su esposa de 75 años, y poco después fuera diagnosticada con COVID-19. Sin embargo, poco después el anciano comenzó a tener síntomas por lo que se dirigió al Hospital Schestakow, donde no lo internaron y lo derivaron a la Clínica Ciudad, porque al tener PAMI es el efector de Salud que le correspondía, según le dijeron.
Sin embargo, al llegar a la Clínica, la respuesta es que no tenían donde internarlo, y al manifestar que tenía síntomas de COVID y era un contacto estrecho de un positivo, la respuesta por parte del personal de la Clínica, es que tenía que esperar en la vereda.
En esta instancia, el anciano debió pasar más de dos horas sentado en una reposera y abrigado por una campera que consiguió su hija para resguardarlo del viento que según Defensa Civil, alcanzó ráfagas de hasta 49 kilómetros por hora.
Este hecho generó una fuerte indignación social hacia la Clínica que acumula múltiples denuncias por hechos similares.