En 2010, el entonces gobernador de Mendoza Celso Jaque -que hoy es nuevamente intendente de Malargüe- organizó un acto que quedó grabado en la memoria de la comunidad.
Allí recibió al Ministro de Planificación Federal de la Nación, Julio De Vido, quien en aquel tiempo era uno de los hombres más poderosos del kirchnerismo y que años después terminaría preso en diferentes causas vinculadas a la malversación de fondos públicos y supuesta corrupción en la obra pública.
Aquella jornada fue presentada como un hito histórico: Jaque, De Vido, el entonces intendente Juan Antonio Agulles y el titular del ENOHSA, Edgardo Bortolozzi, firmaron convenios y contratos que, según anunciaron, cambiarían para siempre el futuro de Malargüe. El monto total ascendía a 200 millones de pesos de aquel momento (casi 50 millones de dólares), lo que para la época era una suma verdaderamente millonaria.
Las obras prometidas Entre los anuncios más resonantes figuraban:
- El Sistema Integral de Desagües Cloacales, con un presupuesto de 31 millones de pesos y un plazo de ejecución de apenas 18 meses.
-
La pavimentación de 76 cuadras, por 7,5 millones de pesos.
- El rediseño de la Ruta Nacional 40 en la Avenida San Martín, con un costo de 5,3 millones.
Y el proyecto estrella: un gasoducto de 155 kilómetros desde Papagayos hasta Malargüe, con una inversión de 363 millones de pesos (unos 120 millones de dólares), de los cuales 150 millones serían aportados directamente por la Nación.
Se hablaba de plantas reguladoras de gas con capacidad de más de 25 mil metros cúbicos por hora, de infraestructura moderna y de un antes y un después para la ciudad.
La duda que persiste Han pasado 15 años desde aquella foto con discursos, aplausos y promesas. Pero la realidad es que:
- El sistema cloacal nunca se hizo.
- El gasoducto jamás llegó.
- Muchas de las obras viales anunciadas quedaron solo en los papeles.
Lo más grave es que nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con los fondos. ¿Se transfirieron desde Nación a la Provincia y se perdieron en el camino? ¿Nunca se giró el dinero y todo fue un acto armado para la campaña electoral? ¿O los convenios fueron parte de una estrategia política para manipular las expectativas de los malargüinos?
Celso Jaque - Julio De Vido - Sebastián Eskenaci - Omar Parisi
Lo cierto es que la comunidad fue engañada. Y lo más llamativo es que el mismo Jaque, ya en la campaña de 2023, volvió a prometer el gasoducto, esta vez acompañado por el entonces Ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, repitiendo casi calcado el libreto de hace quince años.
El trasfondo de De Vido
Vale recordar que Julio De Vido, aquel funcionario que rubricó los convenios junto a Jaque, fue condenado y detenido por varias causas vinculadas al manejo de la obra pública nacional, la administración de fondos millonarios y presuntos hechos de corrupción. Su nombre se transformó en sinónimo de manejos turbios y discrecionalidad en el reparto de recursos.
Por eso, la sospecha se vuelve inevitable: si el propio arquitecto de aquellos convenios terminó preso por hechos similares en otras provincias, ¿qué pasó con los fondos prometidos para Malargüe?
JULIO DE VIDO ESPOSADO
En definitiva, la historia parece repetirse: promesas grandilocuentes, convenios firmados, millones anunciados... y una comunidad que nunca vio resultados. A quince años de aquel acto, Malargüe sigue sin cloacas, sin gas y sin respuestas claras.
El gran interrogante permanece abierto: ¿se trató de dinero que nunca llegó, de fondos que se desviaron, o de una puesta en escena electoral para reírse en la cara de los malargüinos?