En medio de una creciente tensión legal, Mauro Icardi dio un paso firme esta semana al presentar un pedido formal ante la Justicia para pasar la Navidad junto a sus hijas, Francesca e Isabella. Según la presentación realizada por su abogada, Elba Marcovecchio, el delantero del Galatasaray de Turquía pretende retirar a las menores el 22 de diciembre y reintegrarlas al domicilio de Wanda Nara el día 27, antes de su regreso programado a Europa.
Sin embargo, el plan de Icardi enfrenta un obstáculo crítico: su estatus legal en Argentina. El futbolista se encuentra embargado desde julio y, tras ser declarado oficialmente deudor alimentario en noviembre, fue inscripto en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos. Esta situación le impediría sortear los controles de Migraciones para salir del país y reincorporarse a su club, que solo le otorgó licencia hasta el 27 de diciembre.
Ante este escenario, Marcovecchio advirtió a la Justicia sobre el riesgo laboral que corre su cliente. La defensa argumentó que, si el tribunal no autoriza su salida tras las fiestas, Icardi podría perder su contrato en Turquía. Esta presión legal choca frontalmente con la postura de Wanda Nara, quien, según informaron en el programa DDM, habría dado instrucciones precisas a sus abogados de "ir por todo" frente a una deuda de alimentos que ascendería a los 600 mil dólares.
En la misma presentación, la abogada del jugador no ahorró críticas hacia Nara, señalando que ella también mantiene deudas por cánones locativos y multas judiciales. Además, recordó que Icardi siempre facilitó los viajes de las niñas con su madre y reiteró su postura de que las menores deberían volver a residir en Estambul, donde se encontraba el centro de vida de la familia antes de la separación. Por ahora, el futbolista busca resolver lo inmediato: asegurar el brindis navideño con sus hijas mientras espera una resolución que le permita volver a su lugar de trabajo.
