En un fallo que subraya la gravedad de los delitos digitales contra la integridad sexual, la Justicia condenó a Miguel Alejandro Martínez Salas a la pena de tres años y diez días de prisión de cumplimiento efectivo. El hombre, un músico oriundo de Monte Comán, fue hallado culpable de los delitos de grooming y suministro de material pornográfico a una niña de 12 años.
La investigación, liderada por la fiscalía de Javier Giaroli, determinó que Martínez Salas aprovechó su cercanía con el entorno familiar de la víctima para entablar contacto a través de medios digitales. Según las pruebas presentadas, el condenado ejerció una presión constante y manipuladora, enviando contenido sexual y llegando incluso a proponerle a la menor encuentros íntimos con terceros.
Un agravante determinante en el perfil del victimario fueron sus antecedentes. En octubre de 2024, Martínez Salas ya había recibido una condena de ocho meses en suspenso en La Pampa por abuso sexual contra dos niñas. Al sumar nuevas causas y denuncias previas de 2022 y 2023, la Justicia determinó que esta vez la reclusión fuera efectiva.
El caso no llegó a la justicia de forma aislada. Fue la comunidad educativa de la víctima la que dio la voz de alarma. Docentes de la escuela de la niña activaron los protocolos de actuación tras recibir el testimonio de una compañera de la menor, lo que derivó en la detención del acusado en julio de este año.
Con este fallo, se cierra un capítulo judicial que pone de manifiesto la importancia de la detección temprana en las escuelas y el seguimiento de los antecedentes penales en casos de violencia contra la niñez.




