River Plate empezó a transitar el camino de la reconstrucción tras un 2025 que dejó más frustraciones que alegrías. En ese contexto de recambio y reordenamiento interno, apareció un gesto cargado de simbolismo que no pasó inadvertido en el mundo millonario: Gonzalo Montiel decidió cambiar de dorsal y dejar atrás la camiseta número 4 para volver a vestir la 29 a partir de la temporada 2026.
La decisión fue personal y se dio en los primeros días de la pretemporada en el predio de Ezeiza. Lejos de tratarse de una cuestión meramente estética, el cambio representa para el lateral derecho un regreso a sus raíces y, al mismo tiempo, el inicio de un nuevo desafío en un River que perderá a varios referentes y necesitará liderazgos fuertes dentro y fuera de la cancha.
El dorsal 29 no es un número más para Montiel. Fue el que lo acompañó durante su primera etapa en el club, entre 2016 y 2021, período en el que se consolidó como titular indiscutido, ganó siete títulos y fue protagonista de una de las páginas más gloriosas de la historia del club: la final de la Copa Libertadores 2018 ante Boca en Madrid. Con esa camiseta, además, construyó el nivel que lo llevó al fútbol europeo y, más tarde, a consagrarse campeón del mundo con la Selección argentina.
En su regreso desde Europa, Cachete había optado por utilizar la número 4, un dorsal tradicional para su posición. Sin embargo, esa elección no fue casual ni definitiva. En aquel momento, la 29 pertenecía a Rodrigo Aliendro, quien luego continuó su carrera en Vélez tras no ser tenido en cuenta por Marcelo Gallardo. Con la salida del mediocampista, el número quedó disponible y fue utilizado por Álex Woiski, una de las apuestas jóvenes que llegó desde Mallorca.
De cara a 2026, Montiel realizó un pedido especial y el delantero de 19 años, que continuará en la Reserva durante la próxima temporada, accedió sin inconvenientes a devolverle el dorsal. Así, el campeón del mundo ya entrena nuevamente con la 29 en la espalda, un detalle que fue rápidamente celebrado por los hinchas y que refuerza la idea de un nuevo comienzo.
El gesto también funciona como una señal interna. En un River que busca dejar atrás un año para el olvido, Montiel se perfila como uno de los referentes del plantel y apunta a recuperar su mejor versión futbolística, algo que todavía no logró sostener desde su vuelta al club. Con la camiseta que simboliza su etapa más exitosa, el lateral intentará reencontrarse con ese nivel que lo convirtió en una pieza clave de la era más gloriosa reciente del Millonario.
