Durante el bienio 2024-2025, la política educativa de Mendoza avanzó en una serie de reformas de fondo que excedieron los compromisos de campaña y comenzaron a consolidar capacidades estructurales del sistema. Con eje en la calidad de los aprendizajes, la modernización institucional y la articulación con el mundo del trabajo, la provincia desplegó una agenda que impactó en la escuela secundaria, la educación técnica, la evaluación educativa y la infraestructura escolar.
Uno de los ejes centrales fue la transformación del modelo de escuela secundaria, un proceso que sentó las bases de una nueva arquitectura institucional. El diseño en marcha propone trayectorias escolares más flexibles y acompañadas, organizadas a partir de Saberes Esenciales y complementadas con Espacios Electivos que permiten personalizar el recorrido educativo de cada estudiante. El objetivo es responder a la heterogeneidad de los alumnos y reducir los niveles de deserción y repitencia que históricamente afectaron al nivel medio.
En ese marco, se puso en funcionamiento el sistema de Créditos Educativos, que representa un cambio sustantivo para los egresados de las escuelas secundarias técnicas. A través de este esquema, los estudiantes pueden obtener reconocimiento directo de sus saberes en carreras de nivel superior, especialmente en áreas estratégicas como Energías Renovables, Metalmecánica, Mecatrónica, Computación y Redes, Construcciones Livianas, Higiene y Seguridad, Minería y Laboratorio. La articulación ya involucra a diversas instituciones técnicas de la provincia, lo que refuerza la continuidad entre el nivel secundario y el superior.
Otro de los hitos fue la implementación del Plan Provincial de Mejora de los Aprendizajes en Matemática, una respuesta específica a los bajos desempeños detectados en evaluaciones nacionales y provinciales. La estrategia combinó la incorporación de plataformas adaptativas, formación docente focalizada, prácticas pedagógicas basadas en evidencia y la inclusión de Matemática dentro del Plan Provincial de Alfabetización. De este modo, la enseñanza de esta disciplina dejó de ser un problema aislado para convertirse en una prioridad pedagógica del sistema.
En paralelo, la provincia fortaleció de manera significativa la evaluación de la calidad educativa. La consolidación de la Dirección de Evaluación de la Calidad Educativa permitió ampliar la producción de información relevante y promover el uso sistemático de datos para la toma de decisiones. Este enfoque marcó un cambio cultural dentro del sistema: pasar de políticas guiadas por la intuición a intervenciones apoyadas en evidencia empírica.
La infraestructura escolar fue otro de los pilares de la gestión. A través de un programa sostenido de mantenimiento y recuperación edilicia, se realizaron operativos intensivos de puesta a punto durante los recesos de verano, intervenciones integrales en establecimientos con mayor deterioro y un fortalecimiento de los equipos técnicos provinciales. En dos años, la inversión alcanzó los $60.000 millones, lo que permitió mejorar condiciones básicas de habitabilidad y seguridad. Además, en 2025 Mendoza completó la primera etapa del plan de Escuelas con Energía Solar, con 20 edificios escolares que ya generan energía limpia, incorporando criterios de sustentabilidad al sistema educativo.
El fortalecimiento de la educación técnica y la terminalidad educativa se expresó también en la creación de los 12 Centros Educativos de Producción y Aprendizaje (CEPAS). Estos espacios, distribuidos en distintos departamentos, están orientados a que jóvenes y adultos finalicen el nivel secundario con una certificación profesional o capacitación laboral en áreas de alta demanda, como Programación, Electricidad, Instalación de Sistemas de Energía Solar, Gastronomía y Producción Audiovisual. La iniciativa refuerza la articulación entre educación y empleo, uno de los desafíos estructurales de la provincia.
En materia de carrera docente, 2025 estuvo marcado por dos decisiones relevantes. Por un lado, la realización del Concurso de Jerarquía Directiva, que concluyó con 1.251 docentes habilitados para asumir cargos directivos titulares a partir de febrero de 2026, aportando previsibilidad y profesionalización a la conducción escolar. Por otro, la emisión del Bono de Puntaje 2025, cuya inscripción se realizó a través de la plataforma GEI y que tendrá plena vigencia desde 2026 para los procesos de titularidades, traslados y suplencias, actualizando un instrumento clave para el sistema educativo.




