Con el paso de las horas, se desvanecen las esperanzas de encontrar con vida a la mujer que fue arrastrada por la crecida del Zanjón de los Ciruelos durante la tormenta registrada ayer por la tarde. En los fríos informes oficiales de la Justicia y de la Policía de Mendoza es mencionada como femenino NN, pero para los vecinos del lugar tenía un nombre: Rita.
Rita vivía desde hacía poco más de un año en el cauce del zanjón, debajo del puente de la calle Paso de los Andes. Allí había improvisado un refugio con mantas y plásticos para resguardar su intimidad. Contaba con un colchón, sábanas, algunas ollas tiznadas por el fuego con las que cocinaba guisos, bidones de agua que le acercaban los vecinos y un pequeño tender para colgar la ropa lavada.
Cada mañana salía con un escobillón y una mochila a barrer veredas, lavar autos o realizar tareas de limpieza a cambio de algunos pesos o algo de comida. Tras la creciente, no quedó nada de ese precario hogar. El agua arrasó con todas sus pertenencias y solo se hallaron una colchoneta y el escobillón, que habían quedado atrapados en un hueco a mayor altura del cauce.
Según relataban algunos vecinos, Rita decía ser oriunda de Brasil. Sin embargo, Leandro, otro hombre en situación de calle que también vivía en el zanjón, aseguró que llevaba más de 20 años en Mendoza, motivo por el cual ya no conservaba acento portugués. Rita tenía pareja. De acuerdo a personas de la zona, se llamaba Juan y no se encontraba con ella al momento de la creciente. Cerca de las 18 llegó al puente, advirtió que no había rastros de su compañera y pidió ayuda en una barbería cercana, donde le prestaron un teléfono para comunicarse con el 911. Desde allí le indicaron que radicara la denuncia en la fiscalía.
Vecinos coincidieron en que Rita y su pareja no generaban inconvenientes y que, en ocasiones, recibían visitas. La describían como una mujer delgada y menuda, de entre 40 y 50 años, que en los últimos meses había perdido peso, pero que conservaba una notable agilidad física. Algunos aseguraban haberla visto salir del zanjón con facilidad, saltando de un borde a otro.
Tras la tormenta, muchas personas se acercaron al puente con la esperanza de encontrar algún indicio de que Rita hubiera logrado ponerse a salvo. Algunos pensaban que había escapado a tiempo. Sin embargo, el testimonio de Leandro, quien aseguró haber visto cómo el agua la arrastró con violencia, terminó por derrumbar esas expectativas.
Un empleado de la barbería cercana expresó su conmoción por lo ocurrido y recordó las charlas cotidianas que mantenía con Rita cuando ella limpiaba la vereda o se acercaba a pedir un cigarrillo. Su ausencia, dijo, resulta difícil de asimilar.
Luego del llamado al 911 se desplegó un amplio operativo de búsqueda en el que participaron efectivos policiales, bomberos y personal de la Guardia Urbana Municipal. El rastrillaje se extendió a seis puntos estratégicos y también incluyó un equipo que trabajó en el departamento de Lavalle. Las tareas se dieron por finalizadas cerca de las 21 y se prevé que se retomen durante la jornada siguiente.
No obstante, las probabilidades de hallar a Rita con vida son mínimas. Especialistas señalaron que la creciente arrastró gran cantidad de sedimentos y piedras, lo que hace probable que el cuerpo haya quedado enterrado en algún sector del cauce, dificultando su localización.
