INVENTARÉ UNA ROSA
Inventaré una rosa sin espinas
para obsequiártela a ti, amado mío,
así la tomas muy fuerte entre tus manos
y puedes apretarla con cariño.
Inventaré una rosa terciopelo
así la besas, con tus labios definidos,
quiero aterciopelar la rosa sin espinas
para que suave la acaricies atrevido.
Inventaré la rosa más perenne
para llenar el espacio diluido,
y que nunca, nunca más, te sientas solo
pues para siempre estará contigo.
Inventaré la más perfumada de las rosas
así perfuma tu andar preciso,
y la fragancia te lleve los aromas
de mi piel delicada y de mis rizos.
Inventaré la más azul y exótica de las rosas
para deleitar tus ojos infinitos,
con un sin fin de perlas transparentes
¡Cristalinas y amantes gotas de rocío!
Inventaré una rosa que te escuche
cuando te sientas solo y perdido,
que se haga oído en los momentos tristes
y en los felices te sientas contenido.
Le inventaré brazos a mi rosa
para que puedas hacerte mil cariños,
que siendo amada no tenga congoja
y que, amando, te llene de mimos.
Inventaré una rosa que te hable...
Que exprese Todo el amor ¡a ti querido!
Y que siempre te diga susurrante
¡Cuánto te amo! ¡Amado mío!
Le pondré mi corazón a la rosa
para que lata en tu pecho conmovido,
y nuestros corazones se hagan uno
¡Por siempre y para siempre en un latido!
Columna Literaria por: Lucía Landete