En una entrevista con el diario La Nación, en el marco de su visita al país , Lagarde contestó de la siguiente manera una pregunta acerca de si le preocupaba la política de Trump de subir aranceles: "Las guerras comerciales no dejan vencedores.
Este ha sido el caso durante las últimas décadas: el desarrollo del comercio ha sido más veloz que el crecimiento económico y generó una gran mejora en la situación de muchos países, sobre todo los más pobres. También creó una mejor condición de vida para la población más pobre en los países ricos. Y generó innovación, a través de la competencia. Provocó beneficios y, por supuesto, algunas heridas en el sentido de que hay regiones y sectores que sufrieron por este incremento del comercio internacional. El efecto generado por la innovación y el comercio debe ser tomado en cuenta para remediar ese daño, pero tratar de reducir el comercio o colocar barreras adicionales no generará ningún ganador".
Lagarde también se refirió a un aspecto tributario de la posición de Trump sobre el comercio internacional, el cual para algunos analistas está en el fondo de las decisiones del presidente norteamericano: la cuestión de China, en particular su creciente protagonismo en América Latina. Según Lagarde, "el hecho de que China se haya convertido en la segunda economía del mundo ciertamente induce a que busquen sociedades en otros países valiosos para ellos. De modo que cualquier país como los Estados Unidos y Europa puede haber pensado en el pasado que esta región era su territorio y ahora están sorprendidos, porque ya no lo es".