Mauricio Macri les prohibió a sus ministros que viajen en aviones privados, como parte del ajuste que impuso en todo el Ejecutivo en miras de reducir el déficit fiscal.
Los ministros ahora deberán pedir permiso para conseguir aviones oficiales, como los Tango 02 y 03. Como alternativa, los funcionarios deben sacarse sus propios pasajes en alguna aerolínea comercial.
Esta medida significó un golpe para algunos de los funcionarios que viajan todas las semanas a las provincias, en especial para un selecto grupo que viajó con una empresa en la que pilotea una figura de la televisión.
Pese a que es presionado por su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para no viajar en líneas comerciales, Macri suspendió la compra del nuevo avión presidencial por la misma razón económica. El Gobierno rechazó las tres ofertas que había recibido para la compra, que iban desde los 34 a los 52 millones de dólares.
El traslado de los funcionarios, incluido el del propio presidente, viene siendo un tema recurrente desde que Macri asumió en 2015. El mayor escándalo se dio en marzo de 2016 cuando le prestó el helicóptero presidencial al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para viajar a su country en Pilar.
El mismo mes, el propio presidente usó el helicóptero del magnate Joe Lewis y se alojó en su estancia en la Patagonia. También en marzo de 2016, el helicóptero presidencial estuvo cerca de chocar con un avión privado, con Macri a bordo. Esa misma nave fue utilizada por el presidente como taxi para la Primera Dama, Juliana Awada, que fue pasada a buscar por Punta del Este en febrero de 2017.
El ex ministro de Producción, Francisco Cabrera, llevó al escándalo el uso de los aviones privados tras viajar a Punta del Este con Juanita Viale en un traslado de media hora que no cuesta menos de 100 mil pesos.
El último suceso se dio en junio de este año, cuando una comitiva oficial en la que viajaba el vocero de Macri debió ser rescatada en Catamarca luego de un aterrizaje de emergencia del helicóptero.