Sin lugar a dudas, el derrumbe del crédito al sector privado no sólo muestra el tenor de la recesión, sino que es fiel reflejo de la política monetaria pactada con el FMI. Basta señalar que desde que se firmó el segundo acuerdo con el Fondo el crédito privado acusa una caída cercana al 28% en términos reales. Vale destacar que para la cúpula del BCRA el crédito privado es el que sigue al nivel de actividad, por lo que ante una perspectiva recesiva era plausible esperar que los préstamos cayeran, mientras que para algunos economistas, como Miguel Broda, la evolución del crédito constituye un buen anticipador de cómo viene el nivel de actividad. Más allá de cuál sea la variable explicativa, lo cierto es que el stock de financiaciones bancarias para empresas y familias ha sufrido un fuerte deterioro desde septiembre pasado.
En este marco, la hecatombe del financiamiento a empresas y familias es el fiel reflejo de la política contractiva del BCRA y un espejo de la profundidad de la recesión. Este mes parece que habría tocado fondo.
Las estimaciones preliminares, con datos del BCRA al 14 de marzo, permiten proyectar que este mes también los préstamos privados en pesos caerán entre 0,1% y 0,3% mensual. Se trata de una tasa de crecimiento interanual del orden del 8,1% a 8,9%, mientras la inflación se elevó ya a más del 51% anual. Al respecto, vale mencionar que, según la página web del FMI, el organismo estima una inflación del 31,7% para este año, más allá de las proyecciones del acuerdo (el PBI caería 1,6%).
Las peores caídas en lo que va de marzo corresponden a Prendarios (ante el colapso principalmente de las ventas de autos y motos) que retroceden entre 1,3% y 1,6% seguido por Documentos (la cadena comercial en jaque por las tasas) que cae entre 0,8% y 1,1% mientras que Hipotecarios sigue estancado y se observa una leve mejoría (dejaría de caer) tanto en Personales como en Tarjetas. Lo mejor pasa por Adelantos en cuenta corriente que crecería 2%.